Sin embargo, esto no fue lo más importante que sucedió el día de hoy. Hace 32 años exactamente (aunque no a la misma hora), ocurrió un evento similar cuando yo todavía vivía en la Cd de México.
El ver los edificios cayendo, la gente corriendo, la histeria colectiva, los gritos de ayuda, personas desesperadas buscando familiares, me hizo recordar lo que yo viví hace 32 años cuando recién había tenido a mi primera hija.
Me quedan varias reflexiones que quisiera compartirles:
1. Me alegro haberme ido de México, pues aunque fue una decisión difícil, fue lo mejor que pude hacer para proteger a mi familia.
2. Es en estos momentos cuando conocemos la verdadera naturaleza humana. Cuando sabemos con quién contamos y quién cuenta para nosotros.
3. Al igual que en aquel tiempo, ya hay personas que se están aprovechando de esto y entran a los edificios vacíos a robar. ¿Cómo puede alguien hacer esto?
4. La vida puede terminar en un instante, por eso hay que vivirla siempre pensando en dar lo mejor de nosotros e intensamente... La muerte nos espera a todos, y puede llegar en cualquier momento.
5. Soy MAESTRA y estoy educando a INGENIEROS CIVILES y espero que construyan puentes, edificios, casas y carreteras que soporten huracanes, terremotos, ciclones, tsunamis y hasta erupciones de volcanes. Así que tengo que ser MUY EXIGENTE con su aprendizaje. Deben ser los mejores, para que construyan LO MEJOR.
Nos vemos mañana...
